Una humilde casa ubicada en alguna barriada, ofrecen al país uno de los aportes más importantes que en materia social posicionan a Venezuela como el tercer país de Latino américa con menor índice de pobreza, logrado a través de la reducción del hambre.
Aunque en ella viven muchas personas, diariamente se pueden servir hasta 100 platos de comida en horario de almuerzo. La casa apenas alcanza a identificarse en medio de una fila de viviendas que bordean la calle del primer callejón del sector, se ha convertido para un centenar de personas en la garantía de recibir un plato de comida "calientico y muy sabroso", preparados por las manos caseras de las mujeres que conforman la familia.
A las 4:00 de la mañana suena el despertador. Las amas de casa son las primera en levantarse y tras ella sus colaboradoras: pueden ser sus hijas y sus nietas. Picar aliños, verduras, carnes y el conjunto de alimentos que constituyen una dieta balanceada, con aporte nutricional de casi el 50% del requerimiento calórico de persona por día, es el trabajo que las ocupa por al menos siete horas al día.
De lunes a viernes, las mujeres de la familia preparan la cantidad de alimentos equivalentes a 100 platos de comida diarios, para un total de 500 semanales y 2.000 raciones al mes.
"No es un trabajo fácil, es mucho por hacer, y a veces provoca tirar la toalla porque hay que saber lidiar con la gente, pero siempre seguimos porque ayudamos a personas que de verdad lo necesitan. Yo ahora puedo ayudar, pero cuando yo tuve mis 8 hijos a mí nadie me ayudó", relató la señora encargada y dueña de la casa que voluntariamente ofreció para convertirla en una de las 6.000 casas de alimentación del país.
Este viernes, a la casa de estas amas de casa llegó un reconocimiento por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la misma que este año otorgó un galardón a Venezuela por su lucha contra el hambre. Para ella, haber asumido la responsabilidad de ayudar con su sazón y dedicación, es una satisfacción personal y un compromiso con el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez.
"Después que mi Comandante murió, yo sentí esto como un compromiso mayor. Porque él era humanitario, porque él no dejaba morir de hambre a su pueblo, porque él, de corazón, me hubiese dado uno o 100 platos de comida a mí o a mi familia", dijo, con la misma certeza con la que se asomaron sus lágrimas.
Cuando abrió las puertas de su casa para alimentar a quienes más necesitaban, eran alrededor de 150 personas las que acudían cada mediodía. En la actualidad, ese número se redujo a un centenar de vecinos, en su mayoría niños y personas con discapacidad.
"Cuando comenzamos en 2004 teníamos a 150 personas, pero muchos de ellos crecieron, comenzaron a trabajar y ya se fueron, otros se fueron después de la tragedia de las lluvias (en 2010) y ahora atendemos solamente a 100 personas".
La señora consideró que el trabajo que realiza el Gobierno Nacional a través del programa Casas de Alimentación es integral, pues ha servido de enlace entre las personas necesitadas y las instituciones públicas para la atención de problemas estructurales y crónicos.
Para ejemplificar su sentencia, comentó el caso de un niño que se alimenta en su casa, quien fue operado recientemente de los riñones. "La mamá del niño, que además tiene un poco de muchachitos, le entregó una solicitud de ayuda para su hijo a la presidenta de Fundaproal y ellos están buscando la manera de ayudarla".
Además, otro caso particular es el de un señor de avanzad a edad, que vive solo, no tiene familia conocida, y recientemente padeció de una parálisis que lo incapacita para trabajar.
"A través del programa y de la Fundación le van a conseguir una pensión", comentó.
Este tipo de aportes y soluciones, dice la señora son los que la estimulan a continuar escribiendo su propia historia como la encargada y dueña de una de las casas de alimentación, que han permitido reducir los índices de pobreza extrema, pobreza, desnutrición infantil y hambre en el país.
De acuerdo con un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el caso de Venezuela entre 2002 y 2010 la pobreza disminuyó en 20,8% al pasar de 48,6% a 27,8%, mientras que la pobreza extrema pasó de 22,2% a 10,7%, lo que se traduce en un descenso de 11,5%.
También planteó que de 1999 a 2010 fue el segundo país que experimentó una reducción de 21,6% en sus niveles de pobreza, al pasar de 49,4% a 27,8%. El primero fue Ecuador que obtuvo una reducción de 26,4%, al llevar este indicador de 63,5% a 37,1% en el mismo período.
Estos datos concuerdan con las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística venezolano (INE), que muestran que la pobreza bajó 21,6% entre 1998 y el primer semestre de 2011, al pasar de 49,0% a 27,4%.
El INE informó este año que el gobierno bolivariano ha logrado disminuir la pobreza estructural de 16,7% a 6,9%, como resultado de la distribución justa de las riquezas del país.
Un plato de comida: 941 calorías
El requerimiento calórico diario ideal para un venezolano es entre 2.000 y 2.500 calorías, sin embargo, un venezolano promedio consume cerca de las 3.000 calorías, ingiriendo tres o más comidas diarias.
A través del programa Casas de Alimentación se garantiza al menos 50% de ese requerimiento, con un promedio de suministro de 941 calorías en un plato de comida a la hora del almuerzo.
De acuerdo con lo explicado por Douglas Trujillo, coordinador
nutricional de Fundaproal, el programa consiste en el suministro gratuito de un plato de comida completa, basada en el estudio nutricional requerido por la población, donde se promueve además el consumo de rubros autóctonos.
Trujillo informó que desde los inicios del programa en el año 2004, a través de las 6.000 casas de alimentación que existen en el país, se han entregado más de 3.334 millones de platos de comida gratuitos.
Adelantó que en función de priorizar el consumo de alimentos autóctonos por cada región del país, en el 2014 se realizará la reestructuración del menú único que ofrecen las casas de alimentación para crear menus regionalizados.
Explicó que la idea es "promover la producción de alimentos en esas regiones, para el consumo nuestro, y acercar el plato de comida que ofrecemos a la forma de comer de la gente. Todo enmarcado en los objetivos del segundo plan de la patria".
Trujillo destacó que el programa de alimentación fue ideado por el Comandante Hugo Chávez, y que hoy constituye además una forma de inclusión social a la actividad productiva y desarrollo social integral de la población.
"Las casas de alimentación van a trascender de ser un programa a centros de formación e inclusión nutricional, sin perder su razón de ser: Casas de atención nutricional", puntualizó.
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